Esta banda, harto conocida en ambos lados de la frontera dominico-haitiana, reclutan a mujeres, muchas de ellas embarazadas, igual que a hombres, para cruzarlos a territorio dominicano de manera irregular, dijeron varios haitianos apresados por miembros del Ejército, y luego entregados a Migración en Dajabón para fines de repatriación.
En el trayecto desde Haití hasta República Dominicana cometen abusos incalculables en contra de las mujeres, principalmente, según denunciaron algunas inmigrantes detenidas.
“En los montes y caminos de Haití, por donde caminamos para cruzar a República Dominicana, los potiás nos violan sexualmente y, si nos negamos, nos dan pelas con arbillas(correas) y ramas de árboles a las que les quitan las hojas para que nos duela mucho”, se quejó Julié Marcelin, otra inmigrante detenida por soldados e inspectores de Migración para ser devuelta a su país, junto a otros compatriotas en iguales condiciones.
Les cobran más caro
Los potiás cobran tarifas más elevadas a las mujeres embarazadas que desean cruzar desde Haití hasta República Dominicana para dar a luz en hospitales criollos.
Haitianas dijeron que los traficantes respetan a las mujeres que trafican a este país, cuando están en avanzado estado de gestación.
“A las embarazadas a punto de parir ellos no las violan ni les dan pelas, le hablan duro si violan normas establecidas por ellos”, agregan.
CRISIS
Un vecino en total descalabro
Sin problemas.
Una haitiana contó que tras visitar varias veces el hospital público Juana Méndez, en Haití, a 600 metros de Dajabón, pero allí no encontró cama ni espacios para parir, y con ayuda de un potea, cruzó la frontera y entró al pais.